BELEN
DE
MARÍA E. LOPÉZ FERNÁNDEZ
PONTEVEDRA
Una tradición mágica
No sólo las parroquias adornan con grandes belenes, también varias familias de Pontevedra mantienen los nacimientos
Eran pobres y estaban solos, pero el mensaje de su Dios los llenó de
compañeros y señales. Es la carta de esperanza que transmiten los
nacimientos, una tradición iniciada en el siglo XIII por San Francisco
de Asís y que florece en estas fechas en las parroquias de la ciudad.
Más allá de los belenes "institucionales", algunas familias de
Pontevedra conservan de padres a hijos las figuritas, casas, puentes y
fuentes con los que construir magníficas representaciones como las de
María Emilia López Fernández: once metros cuadrados con más de 100
puntos de luz y figuritas con un siglo de tradición.
"El fruto de la oración es la fe, el fruto de la fe es el amor,
el fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz".
María Emilia López Fernández comparte la reflexión de la religiosa
albanesa Teresa de Calculta y por eso este año de crisis, a pesar de
los achaques, el catarro y el previsible aumento de la factura
eléctrica, volvió a invertir varias jornadas en la compleja instalación
de su premiado Belén.
"Lo más importante es el esfuerzo", explica, "y lo haces por el que
está en el pesebre, aunque es cierto que en mi caso también pesa la
tradición". No en vano su madre "lo hacía de soltera y, una vez casada,
nos lo inculcó a los seis hijos. Hacíamos de niños un peto para las
figuritas y al acercarse la Navidad cada uno compraba la suya".
En los ratos libres recogían musgo o hacían casitas con las que
completar el siguiente Belén y hoy María Emilia es depositaria de una
larga tradición que le permite exhibir en su nacimiento figuras únicas
de más de un siglo de antigüedad que heredó de su madre. A mayores,
fuentes (la más reciente, diseñada a partir de una piedra traída de
Jerusalén) puentes o casas, iluminados por más de 100 puntos de luz.
La gran instalación (que contempla cada año un grupo de
privilegiados, familiares y compañeros de la parroquia) ha merecido
varios premios, aunque a su propietaria le satisface especialmente "el
saber que continúo una tradición y lo que ésta significa de muestra
de fe".
XOAN ARCO DA VELLA